César Abraham Vallejo
César Abraham Vallejo, el más grande poeta nacional, nació en un
pueblito serrano del norte llamado Santiago de Chuco en 1892, pero murió lejos
de su patria, un viernes santo de 1938, en la ciudad de París. Sus padres
fueron Francisco Vallejo y María de los Santos Mendoza. Tuvo diez hermanos.
César Vallejo fue un poeta que corregía mucho sus textos.
Casi nunca estuvo satisfecho con lo
que hacía. El poeta peruano, según los
estudiosos de su obra, corregía de una manera magistral que, tal vez, fue una
de las mejores lecciones que ha dejado a todo escritor.
Estudió la primaria en su tierra, y secundaria en Huamachuco,
hacia fines de 1908. Ingresó en 1913 a la Universidad de La Libertad
(Trujillo), donde se graduó de Bachiller con una tesis sobre El romanticismo en
la poesía castellana. Por aquellos años se asoció al denominado grupo
"Norte", encabezado por Antenor Orrego, Víctor RaúlHaya de la Torre,
Macedonio de la Torre y Alcides Spelucín, entre otros.
"Cuando Juan Parra del Riego estuvo en Trujillo por el
año 1916 señaló la importancia de Vallejo, ante la lectura de sus poemas, y lo
sindicó entonces como poeta 'preciosista' ", detalla el crítico Augusto
Tamayo Vargas en Literatura Peruana.
Asimismo, José Carlos Mariatégui en 7 ensayos de la
interpretación de la realidad peruana
escribe: "Vallejo es el poeta de una
estirpe, de una raza. En Vallejo se encuentra, por primera vez en nuestra
literatura, el sentimiento indígena virginalmente expresado".
En 1918 viajó a Lima para estudiar un doctorado en la
Facultad de Letras de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Ese año
publicó su primer libro titulado Los Heraldos Negros.
André Coyne estudió este poemario y, entre otros aspectos,
sostiene: "lo que integra
inmediatamente a Vallejo en una corriente
poética general, que se inicia en los años de la primera guerra mundial, es su
abandono desde el primer libro y de una vez por todas de la preocupación por la
forma bella y el lenguaje pulcro".
En 1920, el poeta estuvo envuelto en un incidente drámatico
por el cual fue detenido
injustamente y llevado a la cárcel de Santiago de
Chuco, donde permaneció tres meses. Los periódicos de aquella época defendieron
la inocencia del vate peruano y gracias al trabajo de su abogado José Carlos
Godoy Vallejo salió libre.
Viaje sin retorno
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